
A pocos días del nuevo año, el Instituto del Color Pantone –la autoridad mundial del color- ha anunciado que el “greenery” será el protagonista del próximo año. Sin embargo, esta decisión no se toma a la ligera sino que Pantone lleva a cabo un análisis de varias tendencias a nivel mundial, entre las que destacan los cambios socioeconómicos o las tendencias en el diseño, con las que determinan la tonalidad que marcará tendencia.
Greenery se define como un tono “amarillo-verde” que quiere evocar los primeros días de la primavera cuando los verdes de la naturaleza se activan. A su vez, esta tonalidad combina dos vertientes: una más discreta, que protagoniza junto a los tonos nudes, marrones y vino; y otra más arriesgada que incluye mezclas con gamas de amarillos y rosas. Además, la propia palabra greenery hace referencia a regenerar o renovar, un cambio que Pantone ha escogido para reflejar el sentir actual del mundo con el que llama a buscar nuevas oportunidades.
En este sentido, para el paisajismo la elección de este color es la reafirmación de una tendencia que se lleva produciendo en nuestro país durante los últimos años. Una apuesta por introducir el color en los espacios exteriores como muestra de que estos entornos también están abiertos a cambios que le permitan ofrecer una nueva visión a sus propios protagonistas, tanto clientes como visitantes. Así, los nuevos verdes estarán presentes en cualquier parte del jardín desde el propio césped hasta en el color del mobiliario, las mesas o las sillas, pasando por las plantas que se pueden seleccionar en función del color de cada temporada. De esta forma, en 2017 los diseñadores tendrán en cuenta el greenery para definir mejor sus composiciones y hacer realidad la experiencia de disfrutar y vivir en el jardín.
Pero si esto pasa a nivel externo, el interior del hogar no se queda atrás. De esta forma, los distintos elementos que lo componen como los colores de las macetas u otros detalles se rendirán al nuevo verde. Un color que no hará sombra al resto del hogar ya que esta tonalidad combina a la perfección con todos los detalles.
Greenery viene para quedarse, por lo menos durante un año, lo que significará que a partir del 1 de enero reconoceremos este color en las colecciones de los diseñadores, en los elementos que incorporemos al hogar, en los maquillajes, envases de los productos y en casi todo lo que veamos. Y es que esta elección quizás no sea casualidad. Existe una teoría que explica el poder comunicativo de los colores a los que se atribuye la capacidad de influir sobre el estado de ánimo. Greenery nos despierta la necesidad de volver a conectar con la naturaleza.