
En casa, en el campo, en la montaña, la playa o en la propia ciudad, todos, en algún momento, nos relacionamos con espacios naturales. Y esto ha sucedido a lo largo de la historia, donde el ser humano siempre ha intentado moldear la naturaleza para adaptarla a su forma de vida. Pero esta actividad ha generado un gran número de problemas y amenazas para nuestro entorno, como la contaminación, la sobreexplotación o la pérdida de diversidad, que ponen en peligro el equilibrio natural.
El paisajismo, como disciplina que engloba la planificación, gestión, conservación y rehabilitación de estos espacios naturales, más allá de ser un recurso estético, se ha convertido en una profesión esencial para la conservación y cuidado del entorno. Y es aquí donde entra el juego la figura del paisajista, ya que su labor es trabajar para modelar el paisaje, cuidando del mismo y potenciando sus beneficios de cara a todas aquellas personas que disfrutan de él.
En este contexto, el paisajista Fernando Pozuelo ha querido destacar cinco motivos que convierten a la profesión de paisajista en algo necesario, no solo para la conservación y cuidado del medio ambiente, si no también para potenciar el bienestar de las personas:
- Diseña actuaciones responsables con el medio ambiente. El paisajista lleva a cabo una correcta planificación de sus intervenciones, que nos permita actuar de forma responsable, con el fin de fomentar su conservación y minimizar el impacto sobre la naturaleza. Todo esto, sin olvidar que el paisaje siempre debe adaptarse de alguna manera a las circunstancias que nos toca vivir en cada momento.
- Es generador de equilibrio entre el medio ambiente y el ser humano. El paisajista conoce perfectamente la botánica, los ecosistemas y las necesidades del ser humano, y es la persona adecuada para generar un adecuado equilibro entre ambos, para que no queden los paisajes sesgados hacia soluciones muy minerales o excesivamente recargadas, sino que todo quede dulcificado desde el conocimiento de esas especies y de su evolución en el tiempo.
- Nos hace la vida mucho más fácil, gracias a la funcionalidad y usabilidad de las soluciones que aporta. Los paisajistas trabajan en muchos ámbitos, desde espacios públicos, complejos hoteleros, jardines privados, restaurantes, grandes fincas privadas, con intervenciones de gran impacto ambiental. Han de ser soluciones prácticas y funcionales. En algunos casos para restaurar el paisaje, en otros para generar elementos contemplativos y bellos por donde pasear, o ejemplos para mejorar el trastorno de déficit de naturaleza, pero en todos los casos ha de facilitar la vida a las personas.
- Fomenta la función social del paisaje. Esto se consigue generando entornos sociológicos que faciliten las relaciones personales. Precisamente, el paisajista tiene la capacidad de crear lugares donde compartir momentos.
- Crea un espacio que perdura en el tiempo. Su objetivo es generar espacios atemporales, que puedan pasar de generación en generación, donde el tiempo se potencie. Esto se consigue a través de la sencillez, del empleo de las simetrías, asimetrías, aritmética y matemáticas, para conseguir paisajes absolutamente sencillos, depurados y puros donde encontrarse con uno mismo, pasear, meditar, en definitiva hacer una vida más amplia.