
La llegada del verano puede traer consigo las famosas tormentas de verano pero, ¿a qué se deben? Fundamentalmente al calor y a las altas temperaturas. La explicación a este efecto se encuentra en el sol, que calienta el ambiente y por extensión el aire. Al calentarse el aire, este sube porque es más ligero y se expande por la presión. Ese vapor de agua caliente, en su ascensión, entra en contacto con una masa de aire frío que hace que se condense en gotas y, ese contraste entre frío y calor hace que se origine este fenómeno.
Generalmente, las tormentas de verano no suelen ser muy intensas y tienen una breve duración pero, en ocasiones, pueden causar daños en las estructuras de las viviendas así como en los jardines. Para intentar paliar estas consecuencias, el paisajista Fernando Pozuelo apuesta por la implantación de los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible “SUDS”, como mecanismo para la gestión de estas tormentas y fuertes lluvias así como para minimizar los impactos en las instalaciones exteriores y de mobiliario.
Este sistema es una alternativa para el control y regulación de las aguas de lluvia, que son elementos permeables destinados a filtrar, retener, infiltrar y transportar este agua de forma que no se sufra ningún tipo de deterioro e incluso se pueda eliminar de forma natural. Así, cuando se produce una tormenta existen dos tipos de medidas a aplicar. Por un lado, las medidas estructurales no preventivas que sirven para evitar parcialmente la circulación de las escorrentías y que se basan en diseñar superficies permeables, la limpieza frecuente para impedir la acumulación de posibles contaminantes, controlar la aplicación de herbicidas, asegurar la zona de obras para esquivar el arrastre de sedimentos, etc…
Por otra parte, las medidas estructurales están pensadas para eludir las consecuencias mediante la modificación o mejora de los elementos constructivos y urbanísticos. Por ejemplo, mediante el empleo de cubiertas vegetales, los pozos y zonas de infiltración, estanques de retención o las humedades artificiales.
Sin embargo, no podemos olvidar que las tormentas de verano pueden venir acompañadas de fuertes vientos. Para ello, Fernando Pozuelo también indica una serie de recomendaciones. Por ejemplo, en el caso de los toldos y parasoles deben contar con anemómetros capaces de evitar el cierre en condiciones de viento fuerte o racheado. Y con respecto a las sombrillas se debe asegurar su base estructural para tener un anclaje seguro.
La aplicación de estas medidas, expuestas por el paisajista Fernando Pozuelo, contribuyen a paliar los posibles efectos de las tormentas de verano en los exteriores y, por extensión, a los jardines.