
Acabamos de celebrar en el Colegio Escandinavo de Madrid una iniciativa que me ha llenado de inspiración y de alegría al poder compartir la percepción fresca e imaginativa que los niños tienen del mundo natural. Con el concurso de dibujo Forest Drawing Challenge hemos invitado a los alumnos de este colegio, situado en La Moraleja, muy cerca de nuestro estudio de paisajismo, a dibujar su «bosque ideal», intentando con ello despertar su interés por el medio ambiente.
Siempre he creído que el amor por la naturaleza y las ganas de respetarla comienzan por la cercanía, porque se ama y se respeta aquello que se conoce. Para potenciar esa conexión con la naturaleza en los niños y para estimular su sensibilidad organizamos el Forest Drawing Challenge y el resultado no ha podido ser más satisfactorio. Mas de un centenar de alumnos participaron en el certamen y la entrega de premios se convirtió en una fiesta, donde pudimos charlar con los profesores y los chicos y disfrutar con su alegría y su singular forma de ver el mundo.
«Me salió de la cabeza». Eso fue lo que dijo el pequeño Mario, de siete años, para explicar cómo se le había ocurrido pintar el increíble dibujo con el que ganó el primer premio. Este era un bosque situado fuera del sistema solar. En la esquina superior izquierda Mario pintó un sol rodeado de planetas y el resto de su folio se convirtió en un bosque lleno de plantas y detalles de animales, un universo paralelo al nuestro con la naturaleza llenándolo todo.
Los miembros del jurado lo tuvimos difícil para decidir. Jenny Dettmann, directora del Colegio Escandinavo; Peter Shearer, director de la sección Internacional; la profesora María Holt y yo mismo estuvimos horas seleccionando los 16 finalistas entre todos los dibujos presentados. En las bases decíamos que se premiaría la creatividad, la limpieza y calidad del trabajo y sobre todo el concepto de conexión y unidad con la naturaleza, teniendo en cuenta las diferentes destrezas y capacidades, ya que el rango de edad de los participantes era amplio.
La verdad es que, si quedamos admirados de la buena técnica de muchos de los chavales, quedamos aún más impresionados por su imaginación. Javier, el segundo premiado, pintó unos árboles-casa con ventanas a los que puso como techo unas praderas verdes para que la gente «pueda subir y disfrutar», según sus palabras. Darío, ocho años, el tercer premio, dibujó un entrañable bosque rodeado de montañas, animales y personas plasmando un ideal de convivencia digno de encomio. Todos los partipantes recibieron su diploma conmemorativo y los tres primeros un bonsai para llevar a casa y meter un trozo de naturaleza en su hogar.
Estoy muy agradecido al colegio por habernos permitido llevar a cabo esta actividad, que para ellos también ha sido importante. “Los niños han disfrutado muchísimo con el concurso, por poder participar y por dar ideas y ser escuchados. En el Colegio Escandinavo de Madrid nos preocupamos por el medio ambiente y animamos a los niños a que disfruten del jardín, ya que esto influye en su bienestar”, comenta la directora Jenny Dettmann.
Mi interés es que el Forest Drawing Challenge tenga continuidad. Me encantaría realizar una nueva edición el año que viene. Y, de momento, como adelanté durante la entrega de premios, la Colección 2018 de Fernando Pozuelo Landscaping Collection va a apostar por diseños naturalistas que inviten a a las personas y especialmente a los niños a conectar con lo silvestre. Espero plasmar en los nuevos jardines que diseñe esa mirada fresca y alegre que los niños han transmitido con sus dibujos.
Dibujos ganadores: