
¿Qué destino es el ideal para conectar con el mar y la naturaleza? Conseguir disfrutar de nuestro tiempo y asi desconectar para volver a conectar en nuestro día a día.
En el caso de España, cuenta con casi 8.000 kilómetros de costas, de los que 2.000 kilómetros son playas, lo que sin duda nos abre la puerta a una gran extensión de paisaje costero, escondiendo verdaderas joyas que merece la pena descubrir. En este sentido, he querido realizar una selección de aquellos paisajes costeros más destacados de nuestro país, ya sea por su importancia geológica, por las peculiaridades de su composición o simplemente por la belleza del entorno, para disfrutar de ellos durante este verano:
Playa las catedrales (Lugo)
Este es el nombre popular con el que se conoce a esta playa ubicada en pleno Cantábrico, con una extensión de más de 300 hectáreas en la que se fusionan a la perfección la arena fina de la playa con una zona de acantilados y formaciones rocosas al puto estilo gótico, que pueden llegar a alacanzar los 20 y 30 metros de altura. Los materiales predominantes son la pizarra y la cuarcita, que con el paso del tiempo y la erosión del mar, han dado paso a este espectacular paisaje. Arcos marinos, pináculos, túneles, grutas o islas son algunos de los elementos que conforman este paraje a lo largo de sus 2,2km de extensión, que cuentan con un gran interés geomorfológico y que son una delicia visual para disfrutar.
El Golfo (Lanzarote)
El paisaje de toda la isla merecería una mención aparte, y es que su origen volcánico la convierte en un entorno único, pero en este pueblo pesquero del suroeste se encuentra una zona digna de admirar. El Golfo está compuesto por unas playas de arena volcánica, que destaca por su característico color y el contraste con el azul del océano atlántico. El Charco de los Clicos es la atracción natural más conocida de la isla, y no solo a nivel nacional, sino internacionalmente. Este lago verde de unos 7.000 metros cuadrados, debe su color a la acumulación de azufre y a la presencia de un alga llamada “ruppia marítima” que produce clorofila y diferentes tonos de verde según la época del año. Por su alto valor ecológico, el baño está prohibido, lo que no nos impide poder deleitarse con este paisaje y su playa.
Flysch en Zumaia (Guipúzcoa)
¿Es posible conocer la historia de la tierra a través de un paisaje? En la costa del País Vasco se encuentra uno de los paisajes más peculiares y llamativos de España. Los flysch son formaciones rocosas de origen sedimentario que deben su origen a la alternancia de capas de rocas duras, como pueden ser las calizas, pizarras o areniscas, y capas de materiales blandos, como las margas y arcillas, frente a los que la erosión actúa diferente en ellas, dejando las capas más duras al descubierto, lo que da lugar a una postal de pelìcula, que se completa con el color verde de los prados que lo rodean. Todo un verdadero secreto geológico que deja a la vista el paso de 60 millones de años por la tierra. Esto lo convierte en un entorno único que, además, es declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar (Almería)
El sur de la península esconde un verdadero tesoro conformado por un paisaje desértico que goza de una reconocida fama internacional. El geodesierto de Cabo de Gata cuenta con los acantilados volcánicos mejor conservados de todo el litoral español. Y esto es solo una de las muchas singularidades que componen este paisaje, ya que podemos pasar desde una playa de arena blanca, rocas de basalto, hasta playas con dunas fosilizadas, como es el caso de los Escullos. Este parque natural cuenta con un espacio natural protegido que ocupa un total de 63 kilómetros, en el que encontramos una flora endémica, formada por una vegetación como palmitos, esparto, especies de agave o azufaifos.
Dunas en Maspalomas (Gran Canaria)
¿Un desierto junto al mar? Esto es lo que nos encontramos en esta zona sur de la isla de Gran Canaria, un enorme depósito de arena que se ubica junto al mar formando un conjunto de dunas que, además, engloba una playa de arena fina, un bosque de palmeras y una laguna salobre. El origen de este paisaje se debe al asentamiento de barrancos de alrededor y al depósito que ha realizado el mar durante cientos de años. Todo un oasis de belleza que no dejará indiferente a nadie y que se ha convertido en uno de los mayores reclamos de la isla. Su valor natural es incalculable, incluyendo una variedad de flora y fauna, por lo que es un espacio protegido desde 1994.