Jardín Privado. Santander.
Imperioso tributo y jardín a la familia Fernádez, donde Catalina y Carlos entran en comunión con el pintor Edward Hooper, a través de un viaje único que nos transporta a la Cantabria natal de él. El jardín: purista, artístico e impregnado de sensibilidad; desde la prosa poética hasta las grisallas de grafito. Hemos dejado parte de nuestro alma en él.
…Un suave silbido de viento, un siseo ligero que mecía la sala de seda, así como el nítido ecos de aromas de jazmín fue todo cuanto quedó, y dentro de mí permanece su sonrisa al saber que volvía con «los suyos» y el sentimiento de la sabiduría heredada. Sentí que no lo volvería a ver. Y con ello, la misma necesidad de buscar de nuevo, como en América, veinte años después….