
[vc_row row_type=»row» use_row_as_full_screen_section=»no» type=»full_width» angled_section=»no» text_align=»left» background_image_as_pattern=»without_pattern» css_animation=»»][vc_column][vc_column_text]Hoy os contamos el giro de 360 grados que le hemos dado al jardín de una vivienda con más de 40 años de antigüedad que se ha sometido a una reforma integral.
Hemos mantenido la arquitectura cúbica que presentaba la casa poniéndola en relieve mediante elementos ubicados en el jardín que potencian esta estructura de carácter moderno. Cambiar el concepto de jardín ha sido una de las claves de la intervención. Inicialmente era un espacio cerrado al exterior, con aires de jardín mediterráneo o nazarí o de patio andaluz, cerrado sobre sí mismo, como una joya oculta a las miradas del exterior y concentrada en sí misma. En este tipo de diseños, sólo entrando al interior es cuando se puede disfrutar de la belleza del lugar.
Transformar este concepto y crear un espacio más abierto y menos enclaustrado es lo que hemos llevado a cabo con este rediseño. Para ello hemos sustituido el seto perimetral de madreselva que servía como cierre. Para favorecer el ‘open concept’ cambiamos de lugar la piscina. Se tapó el vaso arriñonado anterior y se construyó uno nuevo de formas rectas que se situó en un segundo plano, quedando la piscina ubicada en un lugar más apartado.
Ademas, en lugar de una valla alta, se ha diseñado y colocado una escultórica con la finalidad de actuar como marco de referencia visual que capte la atención del ojo y proyecte la vista hasta la línea del horizonte, haciéndolo parecer más grande de lo que realmente es. Y volvemos, así, sobre nuestro propósito inicial.
El pavimento de piedra caliza nos ha servido para aportar movimiento al espacio gracias a su colocación a varias alturas, diferenciando la zona del porche y el jardín. Estos saltos de nivel se potencian por la noche y quedan retroiluminados mediante proyectores de luz empotrados en el suelo.
Para enriquecer un exterior anteriormente desolado, realizamos un ajardinamiento con agapantos, margaritas y cola de caballo. Utilizamos esta planta, elegante y resistente, con la finalidad de generar una barrera visual delimitando el perímetro.
En la zona de la entrada se ha instalado un jardín muy moderno que representa un damero y que va acorde a la composición del conjunto. Las piezas, en forma de rombo, están compuestas por bolo de mármol negro y blanco, respectivamente, y algunas de ellas han quedado complementadas con gramíneas.
Todos estos elementos, han servido para poner en práctica la técnica ha-ha del paisajismo clásico inglés, en la que se usaba una zanja oculta como cierre del jardín, lo que permitía marcar un barrera respecto al exterior pero sin romper la perspectiva de continuidad, dando la sensación de estar integrado en el espacio que lo rodeaba. Es lo mismo que hemos realizado nosotros, cambiando el límite existente entre el paisaje y el jardín, de forma que este último queda elevado respecto al entorno perimetral, separado tan solo por la valla escultórica que aporta valor artístico y modernidad al espacio.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row row_type=»row» use_row_as_full_screen_section=»no» type=»full_width» angled_section=»no» text_align=»left» background_image_as_pattern=»without_pattern» css_animation=»»][vc_column][vc_gallery type=»image_grid» images=»4415,4416,4417″ img_size=»medium» column_number=»3″ grayscale=»no» images_space=»gallery_with_space»][/vc_column][/vc_row]