Jardín Ryad
Recorre un paisaje suspendido entre aguas subterráneas, donde la luz y la memoria se entrelazan

Ubicado en un entorno Mediterráneo de encinas, el Jardín Ryad nació del sueño de crear un lugar sagrado que uniera la esencia de las culturas nazarí y cristiana.
Este proyecto, convirtió una casa de campo en un espacio de ensueño que combina porches familiares, una piscina, y una zona de pádel con un diseño inspirado en cuentos de las mil y una noches. La obra transformó el espacio en un paisaje mágico donde la arquitectura, la historia y la naturaleza convergen.
Cada rincón evoca serenidad y simbolismo, ofreciendo a quienes lo visitan una experiencia única que trasciende el tiempo y conecta con el alma.
Galería
Descubre el Jardín Ryad, un espacio que combina el esplendor nazarí en un diseño que trasciende el tiempo. Explora cómo cada rincón refleja la armonía entre historia, espiritualidad y naturaleza.








Los sonidos del jardínEl jardín está habitado por sonidos que evocan la Alhambra: agua que fluye suavemente y murmullos de vegetación, creando una atmósfera serena.
Concepto de Diseño y Filosofía
El diseño del Jardín Ryad se eleva por encima del tiempo y las culturas, conectando las tradiciones nazarí y cristiana en un entorno sagrado. Inspirado en los artesonados y celosías de la Alhambra, el jardín combina formas de cruz, láminas de agua y almenaras lumínicas que capturan la esencia de los atardeceres. La obra busca transmitir un amor universal que trasciende lo tangible, integrando estructuras, paisajes y elementos simbólicos en un diseño que invita a la introspección.
Componentes del Jardín
Los componentes del Jardín Ryad están diseñados para conectar tradición y modernidad, creando un espacio funcional que celebra la armonía entre arquitectura, naturaleza y espiritualidad.




Historia del Proceso de Creación
El proceso creativo se inició desde el vacío mental, permitiendo que el diseño trascendiera influencias externas y conectara con la esencia del lugar. Técnicas inspiradas en la Alhambra y colores que evocan la colina roja de la Sabika se combinaron con la piedra blanca para reflejar la serenidad del mármol.
Esta fusión de tradiciones y creatividad convirtió el entorno Mediterráneo en un espacio onírico, donde arquitectura y naturaleza se entrelazan con armonía.
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